22.02.2023 Iznatoraf -Villanueva del Arzobispo

Cuaresma: Temporada de gracia

Jo 2, 12-18; Salmo 50; 2Cor 5, 20-6, 2; Mt 6, 1-6. 16-18

Hoy es miércoles de ceniza. Así, comenzamos un viaje espiritual con Cristo de 40 días. Cuaresma nos presenta una oportunidad para revivir el misterio Pascual de Cristo. Cuaresma nos expone a una nueva dimensión de nuestra vida cristiana. También nos equipa para la gloria de la Pascua. El Santo Papa Francisco nos dice que: “La Cuaresma es un tiempo de renovación para toda la iglesia, para cada comunidad y cada creyente. Sobre todo, es un “tiempo de la gracia” (Cuaresma, 2015). Hoy, recibiremos las cenizas como un signo sacramental de nuestra conversión.

La primera lectura del Profeta Joel es un llamado al arrepentimiento a través del ayuno y la abstinencia. Son dos aspectos importantes de la Cuaresma. El profeta nos informa que Dios está esperando que volvamos a Él: “Convertíos a mí de todo corazón, con ayuno, con llanto, con luto…Convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso”. Como un padre amable, Él está listo para acogernos si decidimos volver a Él. Sin embargo, tenemos que mostrar un sincero arrepentimiento por todas las veces que le hemos ofendido. Hoy, Dios nos ha extendido una invitación, y espera que respondamos positivamente.

En la segunda lectura, Pablo nos alienta a reconciliarnos con Dios. Lo más importante: él nos recuerda que el tiempo de Cuaresma es tiempo de gracia y favor. Pablo dice: “Como compañeros, te rogamos una vez más, que no descuides la gracia de Dios… ahora es el tiempo favorable, esto es, el día de la salvación”. ¿Cómo podemos reconciliarnos con Dios esta temporada? Es reconciliándonos con nuestros prójimos, hermanos, padres, e hijos. Es preocuparse por los demás y nuestro mundo en lugar de ser indiferente. Lo más importante, es reconciliarnos con aquellos que hemos declarado como nuestros archienemigos y todos aquellos que nos han ofendido de una manera u otra. Por nuestra parte, también, debemos ser lo suficientemente humildes para pedir perdón a los que hemos ofendido. Por lo tanto, esta temporada nos ofrece una gran oportunidad para reconstruir tanto nuestra relación con Cristo como con nuestros prójimos. Dios está esperando. Así que, podamos encontrarlo a través del sacramento de la confesión.

El Evangelio simplemente nos muestra las mejores maneras de observar esta temporada. En primer lugar, nos recuerda nuestros deberes cristianos durante este tiempo que incluyen: la oración, la abstinencia y la caridad. Estos son los medios para edificar y fortalecer nuestras vidas espirituales. Por lo tanto, Jesús nos da tres instrucciones importantes para ayudarnos lograr esto. La primera es: “Cuidad que no practicar vuestra buena obra delante de los hombres, para ser vistos por ellos”. La segunda es: “Reza a tu padre que está en ese lugar secreto”. La tercera: “cuando ayunes, no andéis cabizbajos…que nadie sabrá que están ayunando excepto su padre que ve todo lo que se hace en secreto.” Esto significa que, dado que es nuestro deseo voluntario de caminar con Cristo, debemos hacerlo con alegría y humildad, para que toda gloria sea dada a Dios solo. Mientras tomamos las cenizas sobre nuestras cabezas (o rostro) hoy, pidamos a Dios la gracia para comenzar y para completar este viaje durante este tiempo de Cuaresma. Nuestra oración a lo largo de esta temporada debe ser: “Ten piedad de nosotros Señor, porque hemos pecado.”

Advertisement