19.04.2023 – Villanueva del Arzobispo

Porque tanto amó Dios al mundo… el amor vence todos los celos
Hch 5,17-26, Sal 33,2-9, Jn 3,16-21
En la primera lectura que acabamos de escuchar, leemos que la decisión de arrestar a los apóstoles y encarcelarlos por parte del sumo sacerdote y de los saduceos fue por celos. “Estaban llenos de celos”. ¿Pero uno puede preguntarse? ¿De qué estaban celosos exactamente? ¿De que estuvieran predicando y proclamando a un Jesús resucitado a los demás?
Los celos son como un cáncer que crece silenciosamente, escondido en el cuerpo mientras carcome el tejido sano. Los celos corroen nuestra autoestima y nuestro amor al prójimo. Es difícil amar a alguien cuando tu energía y atención se centran en las cosas que tiene y en las que tú no tienes. La influencia de las redes sociales ha hecho que los celos sean una epidemia en nuestra cultura actual. Ver las vidas perfectamente curadas de otros inflama nuestros celos y aumenta nuestra insatisfacción con nuestras propias vidas.
Los celos conducen al odio. El odio conduce al asesinato y a la persecución, como leemos en la primera lectura de hoy. Cuando nos dejamos consumir por tantos celos y odio hacia el otro no olvidemos las palabras del salmista de hoy: “El Señor escucha el clamor de los pobres.” “Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha.” Cuando perseguimos y castigamos a otros sólo porque estamos celosos de lo que hacen bien o de quiénes son, cuando claman al Señor, el Señor los vindicará y rescatará como en el caso de los Apóstoles en la primera lectura de hoy.
El evangelio de hoy nos dice que, al final, no tenemos ninguna necesidad de sentir celos porque poseemos algo que es más precioso que la ropa, las joyas y las vacaciones de lujo. Dios nos ama tan abundantemente que nos dio a su Hijo único para librarnos de la muerte y llevarnos a la vida eterna, un don que supera a todos los demás. Centrándonos en la luz que Cristo trajo al mundo, podemos desterrar de nuestros corazones la oscuridad de los celos.
¿Sigues sintiendo celos de los demás? ¿Su riqueza, su historia de éxito, etc.? Recuerda que eres amado incondicionalmente por Dios y que has sido creado único e irrepetible; que estás hecho bella y maravillosamente. Repítelo muchas veces y comienza a sanarte del cáncer de los celos antes de que te destruya a ti y al hermoso plan que Dios tiene para ti.
¡Que la paz esté con vosotros!