
Un día como este, hace dos mil años, los Magos de Oriente se acercaban a Belén… ya sentían cercano al Niño… presentían que había nacido y el corazón les ardía con ansias aguardando el momento de encontrarse con ÉL… lo largo del camino, el calor sofocante del desierto, el frío de las noches, el cansancio del viaje… todo parecía desaparecer… y en su lugar, les invadía una mezcla de alegría, nervios, ansiedad y gozo… el momento tan esperado había llegado.
¿iNo te parece maravilloso esto?!Es el final de su viaje. Todo para encontrar a Aquel que era más grande que todos los reyes de la tierra “el Rey de reyes y Señor de señores”, le llamarían años después… y lo encontraron envuelto en pañales y acostado en un pequeño pesebre.. rodeado de pastores y animales… la Grandeza y Majestad se ocultaban en la pequeñez y humildad de aquel indefenso bebé.
Pero los Magos miraban con los ojos de la fe y se inclinaron hasta tocar rostro en tierra para adorarle. Aquel era a quien buscaban. ¡habían encontrado al Mesías!
Nosotros también nos encontramos con Jesús cada vez que celebramos la Santa Misa. ¡ÉL está allí, esperándonos en la Hostia consagrada! Pero nos hemos acostumbrado a su Presencia y hemos dejado de asombrarnos ante el Misterio de un Dios cercano que quiere dejarse encontrar por nosotros…
En la fiesta de la Epifanía del Señor este año, deseo que aprendamos a mirar más allá de lo evidente para ver el gran Misterio que tenemos frente a nosotros… pidámosle a los Reyes Magos el regalo de una fe viva, ardiente y expectante para que así, nuestra próxima Eucaristía sea una llena de asombro ante la Presencia viva y real de nuestro Dios…!
Feliz fiesta de la Epifanía del Señor
Enero 6, 2021