12.05.2024 – Iznatoraf – Villanueva del Arzobispo (Jaén)

Ascensión y misión – La última voluntad

Hch 1,1-11, Sal 47, Ef 1,17-23, Mc 16,15-20

Celebramos hoy la solemnidad de La Ascensión del Señor. La Ascensión del Señor a los Cielos y el estar sentado a la derecha del Padre constituyen el sexto artículo de la Fe que recitamos en el Credo. En el credo decimos: “subió a los cielos, y esta sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso.” Es decir, después de su misión en la tierra, haciendo la voluntad de su Padre Jesucristo subió al Cielo en cuerpo y alma. En su Humanidad, ha tomado eterna posesión de la gloria y ocupa junto a Dios el puesto de honor sobre todas las criaturas en cuanto hombre.

La Ascensión del Señor celebra el regreso de Jesús al Padre. Y junto con la resurrección, es una manifestación de la victoria de Cristo. La Ascensión sustenta la esperanza de los cristianos de que un día estaremos con Cristo. Por tanto, El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que: “… Jesucristo la cabeza de la Iglesia nos precede en el glorioso reino de su padre, para que nosotros los miembros de su cuerpo podamos vivir con la esperanza de estar un día con él para siempre” (665-667).

Nuestra primera lectura de Hechos de los apóstoles relata los acontecimientos de los últimos momentos y el encuentro de Cristo con sus apóstoles antes de su ascenso al cielo. En el Evangelio acabamos de escuchar las últimas instrucciones de Nuestro Señor, su última voluntad. Justo antes de dejarlos, les recuerda lo que espera de ellos. Les envió a difundir el evangelio del Reino de Dios. Los que van en su nombre, lo hacen con su autoridad. Y la autoridad va con la misión.

Antes de dejar este mundo Jesús era muy claro sobre lo que tiene que decir a los suyos, a nosotros. Su ultima voluntad es una misión. Les envía a hablar y actuar en su nombre. Esta misión y apostolado es a la vez fácil y difícil: fácil de entender, pero difícil de llevar a cabo. Los apóstoles debían enseñar a los demás todo lo que él les había enseñado. Deben enseñar de palabra y obra el camino hacia Cristo, el camino de la vida y la verdad.

A pesar de todos los cambios en la Iglesia y en la sociedad en la que vivimos, ni Jesús ni su mensaje han cambiado. La misión de la Iglesia y todos los cristianos es difundir con palabra y obra (la vida ejemplar) el Evangelio de Cristo hasta que el vuelvas.

Si es verdad que cada día un cristiano (tú y yo) escribe una nueva página del Evangelio, a través de todo lo que hace y dice. ¿Cuándo los demás leen lo que tú escribes, será la versión fiel y verdadero al evangelio? Jesús se ha ido, pero está siempre con nosotros. El Cristo resucitado siempre esta presente en la Iglesia y en los corazones de los que lo aman y hacen su voluntad. Al final de nuestra estancia terrenal nosotros también tenemos la esperanza de vivir juntamente con Cristo si llevamos a cabo fielmente la misión encomendada. Sé fiel a las nuevas paginas que escribes cada día. Que Cristo Resucitado nos ayude en esta misión de se cristianos y misioneros de verdad en el mundo de hoy.